Amado mío,
Sin lugar
a dudas que me has secuestrado. Secuestrastes mi corazón con tu mirada profunda
y radiante. Esa mirada llena de fuego que refleja muy bien todo lo que eres,
todo lo que sientes, todo lo que has vivido y lo que quieres vivir.
Besos
profundos e intensos han rodeado nuestros encuentros, todos y cada uno de ellos
luego de que sucuestrastes mi corazón.
Ahora, mi
corazón es tuyo y sé que mi mirada solo refleja un intenso amor. No me mal intérpretes,
amar es muy fácil para mí, tal vez demasiado fácil, y con esa facilidad me he
enamorado de ti; con la misma facilidad que secuestrastes mi corazón me he
llenado de amor por ti.
Y ahora
esto, preparando cada día, esperando nuestro encuentro, suspirando junto a tu
sudor. Disfrutando de tu aroma y de tu
fuerza para vivir cada día como si no tuviera más días por vivir.
Y es que a
la final, no sé cuántos días estaremos juntos, pero sé que lo vivido ha sido lo
mejor de los dos.
Tuya,
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