Amado mío,
Llegastes a
mi vida en el momento en que más te necesitaba, en el que me permitió amarte
desde el momento en que te vi. Y como no amarte si eres un mar de posibilidades.
Me distes
la posibilidad de volar por los aires, de saltar de alegría, de fortalecer todo
mi ser, de aumentar mi confianza y de sentir el suave sudor del esfuerzo
físico. Me distes la posibilidad de sentir tu aroma y tu sudor sobre mi piel,
de enrollarme en tu cuerpo para luego intentar escapar sabiendo que siempre me atarías
a tu lado, por lo que el escape me llevaría lejos pero sin golpear en el suelo.
Llegastes a
mi vida en el momento en que más lo necesitaba, para darme una alegría incomparable
solo con tu presencia; solo con observarte en la distancia, solo con tocarte
con mis manos temblorosas, solo por saber que estas allí para mí.
Permitiendo
que me lance a tus brazos, donde estaré resguardada de todo sufrimiento. Donde
mi felicidad infinita se iluminará para abrir los caminos de las muchas vidas
que tocamos con nuestra presencia, y finalmente simplemente SER.
Gracias
amado mío, gracias por cada momento, gracias por cada caricia, gracias por cada
beso. Gracias por todo lo que vivimos y que viviremos.
Te amo!
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