Amado mío,
Me alegra saber que a diferencia de un príncipe azul, usted
es un rey de ojos verdes y profundos, con pelaje castaño rojizo que como un
lobo feroz, eres capaz de comerme muy bien.
Y es esa fuerza de lobo feroz lo que más me gusta de
usted, mi rey Arturo, que logra cautivar cualquier doncella en su camino.
Hombre de fuerte semblante, que camina por la vida con
la tranquilidad de la monarquía, disfrutando de azul del cielo y el frescor del
viento.
Un lobo hecho hombre, que siempre logra sus objetivos
incluyendo la cacería de esta simple doncella, su hermosa princesa.
Si, lograstes cazarme; no me conquistastes, no me
rescatastes; me has cazado con la paciencia de la emboscada, guiándome a la
trampa de tus brazos y de tu amor.
Mi rey Arturo es un lobo feroz.
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