Amado
mío,
Los
días pasan soñando despierta el momento que vuelva a estar entre tus brazos. Tú,
oh poderoso guerrero, que iluminas el camino con el fuego de tus ojos; te
siento a mi lado en muchos momentos, mientras te confundo con las estrellas que
observo en el firmamento.
Es
jovial -es jocoso- como la fuerza de tu espíritu cautiva mi corazón. Será por esa
fuerza que observo el cielo y veo tu rostro, lleno de innumerables recuerdos,
lleno de infinito amor.
Escucho
tus quejas y observo tú mente. Errática mente que divaga entre miles de
pensamientos siempre buscando la perfección.
Perfección
del fuego que se une con el aire, acompañando los caminos de la generación.
Brindado calor a todo su alrededor, el calor del guerrero que encontró el amor.
Orión,
mi poderoso guerrero que se aparece en mi ventana recordándome tus caricias por
la mañana. Su famoso cinturón alimenta mi anhelo de viajes a tierras desconocidas,
viajes que haríamos juntos en una de las tantas vidas. Viajes que cautivan mi
corazón de la misma forma que tu espíritu lo hace.
Poderosa
alma del guerrero Orión.
Tuya,
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