martes, 25 de noviembre de 2014

Tres...



Amado mío,

El dos nace del uno, somos uno y somos dos… unidos formamos uno, siendo dos…
Del dos nace el tres… formamos un tercer ser, simple y ligero; sublime y cautivador, formado solo por la fuerza de nuestro amor.

Este tercer ser, nuestro hijo, flexible y fuerte, es el ejemplo de lo que dos pueden hacer. Uno siendo dos, formando un tercer ser lleno de infinitas posibilidades con futuro de éxitos y logros. Un tercer ser que logrará todo lo que se proponga ya que su origen se encuentra en la fuerza del amor.

Un hijo del amor puro, de corazón noble y con la capacidad de cautivar la belleza de la vida, haciendo que las flores suspiren a su paso y que el viento mueva las nubes arrojando su frescor.

Un tercer ser, producto del amor de dos; dos unidos por el amor individual –el amor de uno. Hijo de nuestro amor, de la relación de nuestros cuerpos unidos, siendo uno y siendo dos para formar tres.

Hasta nuestro próximo encuentro… 


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