Amado mío,
Pase la última semana viajando por las tierras llenas de agua de Brasil.
Es impresionante la cantidad de agua que hay por estos lados.
Ríos, lagos, pantanos, mar, lluvia; todo en una vasta tierra con
hermosos paisajes y gran verdor. Recorrimos unos 900 Km para llegar a un
desierto inundado por la intensa lluvia, como si aquí Dios diera todas las
bendiciones.
Kilómetro a kilómetro veía diversos tipos de sistemas acuosos, todos me
recordaban a ti y pensaba como sería que estuvieras conmigo para disfrutar de
tan bella armonía.
Ríos caudalosos con fuertes corrientes bien marcadas. Estuarios que
mezclan el agua dulce con la salada en medio de los sedimentos que trae el río,
donde se observan la clara unión de las aguas. Lagos inmensos de agua
cristalina y de coloración negra por los ácidos orgánicos, totalmente azul por
la ausencia de sustancias o verde por la presencia de algas. Todos los tipos de
lagos, pequeños/grandes, profundos o no, todo se observa en este territorio.
Mares intensos con fuerte oleaje, con húmeda brisa llena de sal. Lluvia que cae
suave o muy intensa, que rosa tu piel o la golpea, lluvia maravillosa en medio
de la tierra. Pantanos inmensos donde los animales pastan y la hierba crece.
Diversos tipos de sistemas acuosos, mucha agua en un camino y en todo
momento pienso en ti. En todo momento deseo estar contigo, deseo que estes
conmigo, mi hombre acuático.
Agua que llena nuestros cuerpos y corazones. Agua que limpia nuestro ser.
Agua que nos purifica, liberándonos de toda atadura y que nos permite obtener
un bello amanecer. Agua que nos une y que nos separa, agua para nuestra vida y
nuestro atardecer.
Agua maravillosa, similar a nuestro amor.
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