Amado,
A pesar de
mis esfuerzos he caído en tus brazos, he caído en amor por ti… fue una caída
suave en la que me sujetabas con fuerza, con la fuerza de esos hermosos brazos
de piel tersa.
Una caída
ligera como la pluma cuya fricción con el aire evita el fuerte choque con el
suelo. Así mismo fui cayendo en tus brazos, brazos serenos; fui cayendo en amor
por ti.
Caí en tus
brazos, en tu amor, atraída por esa intensa fuerza del corazón. Esos
pensamientos de fuertes deseos que llenaron mi alma y mi corazón; esos deseos
que sentía en tus manos al rozar mis dedos.
Una fuerza
solo comparable con las fuerzas de la naturaleza, como si nuestras almas se
llamaran para estar juntas y compartir la vida entera.
Caí en tus
brazos y en tu amor, donde me sujeté con fuerte pasión disfrutando de cada
momento, de cada encuentro. Disfrutando de esta hermosa vida que tenemos para
los dos.
Caí y sigo
cayendo como la manzana que cae del árbol por la gravedad.
Cayendo en
amor por ti.
Te amo!
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