Amado mío,
Después de
tantas cosas vividas solo me queda decir Gracias!
Gracias por
cada beso, gracias por cada abrazo y es que tus abrazos y caricias han llenado
mi alma de dulce alegría.
Gracias por
cada una de tus suaves y melodiosas palabras, cada una de ellas que llevaba el ambiente
de inigualable armonía; armonía equivalente a la unión de estos dos corazones
sublimados en felicidad.
Gracias por
cada uno de tus pensamientos amorosos que iluminaban mi mente con tu presencia
infinita.
Gracias por
tu inigualable presencia que alegra el ambiente de cualquier sirena.
Y sobre
todo gracias por permitir que nuestros caminos se encontrasen una vez más.
Y es que después
de tantas cosas vividas, tantos caminos recorridos, el unir nuestros caminos
fue la mayor bendición recibida. Uniendo nuestros caminos, uniendo nuestras
fuerzas, uniendo nuestros destinos para hacer la más bella de las composiciones
que se pudiera encontrar.
Uniéndonos
para ser uno en nuestra libertad.
Uno, que
corre unido y separado por las vías del destino, por las vías de las
decisiones, por las vías del amor incondicional.
Ese amor
incondicional que se agradece cada día, cada día que estoy lejos y cerca de ti.
Cada día que estoy a tu lado y estoy sin ti. Cada día que crecemos un poco más
en el camino de la vida, el camino de nuestra felicidad, unidos y separados una
vez más.
Gracias por
los momentos, gracias por tu presencia, gracias por los consejos, gracias por
las molestias, gracias por ser parte de mí.
Tuya,
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