Un Amor

Amado mío,

Esta mañana desperté pensando que algo faltaba en mi vida. Sólo es que no te escribí una carta en el día de ayer.

Llegue agotada del entrenamiento en el circo, dormí un rato y luego salí como mi amiga.
Llegue borracha de felicidad... Sí... De felicidad...
Jajaja desde que deje de tomar he podido tener esa dulce sensación de estar borracha de felicidad. Es maravilloso... Es una suave y sutil sensación que da ligereza en el cuerpo y la mente. Que abre el corazón a sentimientos muy puros. Que invade mi alma de gran alegría y que permite expresar mis sinceros deseos.

Y en medio de ese éxtasis emocional te hice una pregunta que había evitado de forma directa. Una pregunta que había evadido rodeando el camino. Una pregunta cuya respuesta conozco, más en ocasiones es importante escucharla la respuesta pronunciada en los labios del ser amado.

No te pido una respuesta, tal vez debí esforzarme más en evitar la pregunta.
Sólo quiero comentarte que entre lo que evito y lo que hago, entre lo que digo y lo que callo, lo único que deseo declarar en este momento es mi dulce amor por ti.
Sincero y profundo, intenso y sublime. Un amor nunca imaginado y que llevare conmigo la vida entera.
Un amor como el tuyo, un amor como el mío, un amor como el de nosotros dos.

Te amo, te amaba ayer y lo haré mañana.
Te amo con toda la interconexión de nuestras almas. Te amo en tu pureza y tu belleza. Te amo en medio de tu gran humanidad.
Mi amigo puto, mi ser espectacular.

Soy tuya, soy mía, soy de los dos; ya que somos dos y somos uno en nuestra libertad.

Mil besos a mi ser amado, mi compañero de vida.