Amado,
Paciencia me digo a mi misma al esperar tu llegada. Cuando veo el
calendario y noto que falta un día menos para volver a estar entre tus brazos.
Paciencia es esta hermosa virtud que estoy cultivando mientras espero
estar a tu lado. En la paciencia se regocija mi corazón al contemplar el
hermoso paisaje de esta ciudad, al respirar este húmedo aire y sentir el
intenso calor del sol.
Paciencia es lo que he
necesitado para llegar aquí, en donde estoy ahora, y paciencia tendré en el
futuro cuando la necesidad lo amerite.
Un futuro hermoso lleno de
amor, lleno de ti, lleno de mí. Un futuro para mí, un fututo para ti, un futuro
para los dos, un futuro que no existe y que es solo un mar de probabilidad.
Y es que solo son
probabilidades lo que nos une, la probabilidad de que fueras el fotógrafo en aquella
boda y allí me enamorara de tu hermana –mi gran amiga. La probabilidad de que
continuáramos viéndonos y que en cada momento mi amor por ti cambiara hasta
llegar a ser este intenso sentimiento de unión.
Un sentimiento sin igual, un sentimiento de armonía, un sentimiento de
conexión entre tu vida y la mía. Un sentimiento de que podríamos estar juntos
toda la vida, llenos de amor y alegría. Un sentimiento de que estar juntos es
lo correcto, lo que corresponde, nuestro premio. Un premio de verdadero amor.
En ese sentido, la paciencia se disuelve en mi ser; ya que tengo la
certeza de que siempre estaremos juntos, de una forma o de otra. Siendo tu amiga
o tu amada, siendo tu amiga o tu compañera de alma. Siendo todo y siendo nada a
la vez.
Así mismo tengo la certeza de que mi amor por tía perdura, cambiando de
paso en paso, como siempre lo ha hecho, como siempre sucede.
Mientras tanto, espero verte una vez más, para crear fricción entre
nuestros cuerpos, para crear energía con nuestro amor. Para ser tuya una vez
más, para que sea mío en esta ocasión. Para estar juntos, en nuestra libertad.
¡Te amo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario