miércoles, 11 de junio de 2014

Alegria



Amado mío,

Aquí estoy una vez más. Buscando expresarte cuanto te amo en unas pocas letras.
Hoy el tema es más simple, he comprado un libro llamado:

Alegría, la felicidad que viene de adentro. De Osho

El nombre del libro me ha recordado la conversación que tuvimos esta mañana. Realmente somos dos y somos uno. Nos une nuestras esperanzas, deseos y sentimientos. Compartimos temores y pensamientos. Compartimos un amor maravilloso, lleno de sensaciones y de gran felicidad.

Es fácil que nuestro amor nos de felicidad. Los dos ya somos felices, cada uno a su manera. Cada uno ha seguido un camino diferente que lo ha llevado a la felicidad. Caminos distintos con puntos en común, caminos que se cruzan y se separan, caminos similares, caminos diferentes.
Siempre he pensado que todos los caminos llevan a Roma, algunos más largos, otros más cortos. Cada quién sigue el camino a su ritmo.

Y aquí estamos los dos, recorriendo su camino, siendo felices en este maravilloso mundo; felices solos, felices juntos.

Tengo la certeza de que juntos seremos muy felices, así como por separado o con otras parejas.
Es sólo que ese, nosotros dos, es una composición de colores hermosa. Tú con tu maravillosa violeta que llena todo mi ser. Yo con lo que pueda darte, que realmente no sé qué es.

Ese nosotros dos llena la vida de otro tipo de felicidad, una felicidad armónica y con la certeza de que juntos debemos estar. Una sensación difícil de definir en medio de la distancia. La distancia que no existe más que separa.

Una sensación de gran tranquilidad, de que pase lo que pase juntos vamos a estar. De una forma o de otra, acompañándonos desde cerca o lejos. Siendo felices juntos o separados.  Amándonos intensamente, como pareja, como amigos, como hermanos; como lo que seamos en ese momento. Como lo que somos ahora. Como el aire y el viento, como el mar y las olas.

Juntos, separados. Complementándonos, apoyándonos, ayudándonos en cada paso del camino que cada quién ha elegido. Como pareja, amigos, hermanos.

Y de esa misma forma te amo. Te amo como un ser maravilloso a quién siempre amare. Te amo como una luz en mi corazón, la que nunca se apaga. Te amo como una llama que enciende mi cuerpo para la pasión. Te amo como mi compañero de vida, en este momento, en este lugar.

Te amo y siempre lo haré, lo hacía ayer y lo haré mañana.

Tuya,

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