domingo, 29 de junio de 2014

Un príncipe...

Amado mío,

Llegastes a mi vida en medio de un torbellino de miles cambios, como para darme un punto de foco.
Llegastes en tu corcel blanco para permitirme tomar energía y extender mis alas para volar sobre las nubes, con la sensación de que las nubes eran un suave colchón en el que podía aterrizar para descansar de mi paseo en el cielo.

Mis alas se abrieron con tu deslumbrante semblante, tu intensa mirada, tus suaves caricias, tus firmes manos que recorren mi cuerpo y tus suaves mordiscos en mi piel.

Dejastes marcas de tu recorrido, las marcas de un amor inolvidable, un amor intenso, un amor perdido. Las marcas de una persona que ayuda a mejorar a otra. Las marcas de la vida vivida en armonía.

Estar a tu lado fue un sueño, del que desperté con el dulce beso de mi amado, un príncipe en toda su gloria.
Desperté de un sueño solo para vivir otro, el del vuelo intenso por mil mundos diferentes. Un vuelo que lleva a nuevos destinos con armonía mucho más definida. La armonía de seres que solo desean el bienestar común; la armonía que da el crecimiento personal.

Y en medio de esa armonía te ganastes mi corazón. Lo hicistes solo con tu mirada intensa y profunda que tocó mi alma para abrir mis alas una vez más.

Besos!




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