miércoles, 11 de junio de 2014

Luna creciente



Buenas noches amado,

Por estos lados ya es de noche y estoy a punto de ir a dormir. Tú sabes, me acuesto temprano y trato de hablar contigo en la madrugada, luego en la mañana y en todo momento que sea posible.

Me gusta hablar contigo, aunque sea un poco, muy poco. Me hace sentir que te importo, que soy parte de tu vida y que tú eres parte de la mía. Me hace sentir que sí somos unos en medio de la distancia y el tiempo, en medio de esta realidad que nos separa y nos une.

Te extraño, me haces falta, sobre todo al ver la hermosa luna creciente que me recuerda tantas veces que pasamos juntos.
Aquella ocasión en que nos distrajimos con la luna y continuamos en la carretera perdiendo el desvío para ir a mi apto. Fue una de las primeras veces que estuvimos juntos.

Las noches de luna llena que pasamos juntos en mi última visita a Caracas. Noches en las que he dormido a tu lado, sintiendo tu calor, sintiendo tu aroma, sintiendo esta fuerte conexión.

Esta increíble conexión que nos une en medio de la distancia. Que nos ha unido en el tiempo y que es tan difícil de describir. Esta conexión que todo lo puede, que todo lo permite, que se mantiene en el tiempo, suave y movediza, flexible y duradera. Una conexión que jamás pensé que podría existir.

Una conexión que llena de alegría, así como me llena de dicha ver esta luna mía... Luna tuya, luna de todos. Luna maravillosa que provoca cambios difíciles de percibir, así como es difícil de percibir esta conexión que siento contigo.

De momento te dejo, mis ojos se cierran por el cansancio del día.
Recuerda siempre que te amo... Que deseo hacer una vida a tu lado. Y que pase lo que pase, siempre contarás conmigo... Tuya...

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